Apocaliptica 2

Manson sostuvo al niño en sus brazos. Se quitó la camisa y lo envolvió en ella, no hubo llantos, ambos cruzaron sus miradas. El nonato lo desafió, Manson habría sacado su cuchillo y lo hubiera apuñalado de tratarse de otra persona, pero no podía, no con el anticristo. Manson bajó la vista como un perro regañado ante la mirada de su amo.
El cuerpo de María permanecía como una postal poco peculiar del desierto texano, pronto los buitres, los coyotes y las moscas trabajarían en el.
Desde el sur Manson observó como una tormenta de polvo se acercaba hacia el. Cuatro valerosos jinetes, cuatro valerosos hombres de armas venían cabalgando hacia el lugar donde había ocurrido el nacimiento.
El líder llevaba una espada, era secundado por un arquero, el tercero llevaba una balanza (para pesar al niño supuso Manson) y el cuarto un poco mas alejado llevaba una corona en la cabeza.
El polvo envolvió a Manson. Una vez que este se hubo disipado se vio frente a frente con “Los Cuatro”.
-Charles, ya has hecho tu trabajo –dijo la mujer que llevaba la espada –entrégame a Zacarías.
-¡Un momento! –Interrumpió el sujeto del arco –pensé que se iba habíamos dicho que se llamaría Caín.
-¿Quieres infectar a ese niño con tu nombre? Estoy segura que al Ángel caído le gustaría llamarlo Susej –dijo la mujer esquelética que tenia la balanza.
-¿Qué sabes tu? El debería llamarse como su padre –gritó el viejo de la corona –Belcebú.
-Pensé que se llamaba Lucifer.
-Satán –dijo la mujer de la espada.
-¡Es Satanás idiotas, Satanás! –se exalto Manson.
-Marlon –dijo el de la corona –me gusta Marlon Brando.
-Prefiero a John Wayne…pero Marlon tiene su encanto –comentó la de la espada.
-Un momento. ¿Marlon? ¿Cuántos Marlon conocen? Esto va a ser un estigma para el niño, la comparación con Brando va a ser continua y molesta. Lo van a molestar en la escuela.
-Si, en la preparatoria son muy crueles –acotó la mujer de la balanza.
-No me lo recuerden, tuve que matar a muchos de mis compañeros porque me decían el loco Charlie.
-Charles deshazte del cuerpo de María y vete a Los Ángeles –le ordeno Caín –y tu muerte toma al niño. Nos largamos de aquí.
-¿Puedo tocarlo? –preguntó peste.
-Ni te le acerques o te meteré esa corona tuya por el culo y tu anoréxica de mierda ni sueñes con que vas a darle el pecho.
Hambre guardó su balanza y se subió al caballo raquítico que la había llevado hasta allí.
“Los Cuatro” se marcharon a todo galope hacia el sol, Muerte llevaba al anticristo en brazos y encabezaba la comitiva, Guerra la seguía muy cerca, mientras que Peste y Hambre cerraban la marcha.
Todos sabemos que pasó con Manson ese ocho de agosto de mil novecientos sesenta y nueve. ¿Pero que hay del anticristo, los cuatro jinetes y Satanás, Lucifer, Belcebú o como demonios quieran llamarlo?

Continua…